Las ofertas del Aldi y otros devenires metáfisicos

Mi estancia en Dinamarca me ha enseñado, entre otras muchas cosas, un sutil estoicismo ante la vida. Cosas que antes eran grandes tragedias ahoran son meras muecas en mi cara, aunque todavía pago el precio en colillas mal apagadas en mi cenicero. Además también he aprendido algo sobre los sueños, que a veces no son tal, sino un mero ponerse y probar. Evidentemente, todo esto no es más que un amago de autojustificación, porque aunque ya domino bastante el tema del autocontrol del presupuesto, aún sigo comprandome cosas absolutamente innecesarias. La última una oferta del Aldi danés: una tarjeta digitalizadora, con la que, si mis ganas no merman, aprenderé a dibujar.
Y es que, de mi situación económica podría decirse que no esta el horno para bollos pero encadenandome al post previo de cadenas de Karma, quizás fuese este el momento de comprarla. (Vamos que no me pude resistir, aunque ahora me tomó un día deliberarlo, el YO pre-Dinamarca la hubiese comprado en el acto)

Ante mi varias preguntas: ¿Aprenderé a hacer algo útil con ella? ¿Cuándo dejaré de comprar chorradas que se me van del presupuesto? ¿Durante cuánto tiempo estaré interesado en usarla? ¿Será otro de mis niño con juguete nuevo y cuando tenga otro más nuevo ya no juego con él?

A modo de respuesta, mi primera creación (tableta digitalizadora + GIMP 2.4)


Definitivamente será fácil que, a nada que haga, mejore ^_^